Opinión
El empleo es la clave
Si bien es cierto que Panamá está pasando por una de las crisis económicas y sociales más importantes de su historia, hay soluciones, y una de ellas es el empleo.
A finales del año pasado, la nación panameña, estaba en pleno ojo del huracán llamado COVID-19. La pandemia no solo arrebataba vidas, sino que también bienes materiales, sueños, empresas y empleos. De esto último nos ocuparemos en este artículo que, en términos económicos laborales, podemos llamarlo sin problemas como la catástrofe laboral más importante desde la invasión.
Sucede que, en 2019, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), Panamá contaba con 1.9 millones de panameños que laboraban o tenían trabajo en distintos sectores de la sociedad y también había una tasa de desempleo del 7.1%. Este panorama cambia drásticamente a 1.6 millones de personas (o sea que 288,951 mil personas salieron del mercado laboral) y a una tasa de desempleo que, alcanzó un record histórico, llegando al 18.5% en 2020. Además del desempleo, podemos sumar a este panorama, el aumento de la informalidad laboral al 52% que, aunque contenga a los profesionales independientes dentro de sus filas, no deja de implicar, que se trata también de un aumento en los empleos de mala calidad y bajos ingresos.
Todo lo anteriormente mencionado, se traduce automáticamente en indicadores negativos para Panamá, como en el incremento de la pobreza y pobreza extrema, de la deserción escolar, delincuencia, violencia, desigualdad social y a su vez en una reducción de la productividad nacional que ralentiza el desarrollo del país.
Otra de las cosas en las que desemboca esta situación, es en la sobre saturación financiera del Estado, ya que, este debe dejar de utilizar recursos para la inversión pública, como infraestructura logística (calles, puertos, puentes, etc.), que necesitan muchas comunidades a nivel nacional a fin de desarrollarse, para utilizarlos en subsidios y en gasto público corriente, que, dicho sea de paso, no deja una rentabilidad social en el mediano-largo plazo, sino que todo lo contrario, al financiarse con deuda pública que hoy por hoy, el pago de la misma, representa un monto total mayor a los presupuestos del MEDUCA y del MINSA juntos, por lo tanto podemos decir que, tiene una rentabilidad social negativa en el presente y futuro inmediato.
Por ello, la importancia de mantener y de crear empleos es monumental, puesto que aparte de que dignifica al hombre, por lo general, ayuda a forjar un mejor y equilibrado país, combatiendo la pobreza y transformándose en desarrollo.
Los factores que determinan la creación de empleo, comúnmente, son una justicia efectiva, un sistema bancario fuerte que facilite el crédito, la digitalización de la administración pública, apoyo a las pequeñas y medianas empresas (PYMES) con asesorías o exenciones fiscales y sobre todo un sector privado que pueda desarrollarse sin obstáculos en sus actividades comerciales.
Es cierto que hay deformidades en cuánto al tipo de empleo que produce la economía panameña, como la alta tasa de informalidad laboral que ronda el 50% del empleo total y que no permite a panameños acceder a crédito bancario y a gozar de prestaciones laborales que funcionan como potenciadores de la productividad al aumentar el bienestar social, pero no es el momento de combatir un problema tan estructural en nuestra sociedad, sino que, la tarea más inmediata es la de crear empleos, mismos que permitan a los panameños dejar de vivir en modo de supervivencia, modo que al final solo funciona como multiplicador de los males sociales que podrían volverse de difícil erradicación.