Viajar a Panamá: Un negociado sanitario

Las medidas migratorias tanto para entrar como para salir de Panamá, dejan mucho que decir sobre el pésimo manejo y funcionamiento de los entidades correspondientes.

Tarjetas de vacunación inválidas internacionalmente, códigos válidos pero inaccesibles, cuarentenas obligatorias excesivamente costosa, son sólo algunos de los problemas que enfrentan los viajeros respecto a las medidas de salud en nuestro país.

El COVID-19 ha obligado a todos los países del mundo a implementar restricciones respecto a la entrada y salida de personas a sus territorios como intento para controlar la propagación del virus y sus recientes nuevas cepas, entre ellos Panamá, sin embargo, con la subida de porcentajes internacionales de vacunación, el turismo parece abrirse nuevamente, cada país con distintas medidas obligatorias.

Panamá no tardó en ser tema de discusión por sus sospechosas medidas y manejos profundamente mediocres, implementados por el Ministerio de Salud (MINSA), sacando a relucir distintas historias de terror y quejas por parte de los usuarios.

Por un lado tenemos el bochornoso caso en el que la tarjeta de vacunación oficial en Panamá, no es válida en varios países de Europa, según reportan viajeros panameños. Recientemente, la Unión Europea comunicó su aprobación al código digital de vacunación panameño pero desafortunadamente quienes lo han solicitado para viajar se han quedado a la espera del mismo.

En cuanto a la entrada a nuestro territorio panameño, los turistas se enfrentan a una larga serie de obstáculos para poder visitar el país. Además de los infames hisopados en el Aeropuerto Internacional de Tocumen, los visitantes previamente a su llegada deben entrar a la página web del MINSA a llenar un formulario comprometiéndose de primera mano a todas las medidas que implemente esta institución, incluyendo la cuarentena obligatoria para quiénes vengan de países categorizados como «alto riesgo». En el caso de que tenga que cumplir con esta, tendría que dedicar más de 500$ de su bolsillo entre hospedaje (en unos de los hoteles autorizados, los cuales rayan entre los más costosos del país), transporte privado , comidas y pruebas de COVID-19.

Como si esto no fuera suficiente los turistas que sí se han comprometido a venir al país pese a todas las complicaciones que conlleva, han denunciado una serie de irregularidades y contratiempos en este proceso, entre ellos, la esperada impuntualidad y prolongada espera para su traslado del aeropuerto al hotel seleccionado y las medidas inconclusas sobre cuales países son considerados de «alto riesgo» creando confusión y una desagradable sorpresa para quienes no están preparados para este compromiso económico por falta de información clara.

«Turismo no está trabajando. Estamos PELEANDO para sobrevivir»

operador turistico que prefirió el anonimato por temor a represarias

Las agencias de turismo en Panamá dicen sentirse impotentes y defraudados frente a lo que podría ser la peor crisis turística que ha tenido el país. Mientras los viajeros panameños se sienten ignorados frente a la urgencia de sus necesidades migratorias por la pandemia.