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Sexo, licor y privilegios para “los principitos” del cuartel Mariscal Zavala en Guatemala

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Una nota del medio digital Relato en Guatemala revela la vida que se dan los hermanos Martinelli, detenidos en el cuartel militar Mariscal Zavala, cárcel que se ha convertido en la prisión VIP de Guatemala, al mejor estilo de un hotel cinco estrellas, con todo incluido.

El reclusorio es el resguardo de la élite presidiaria del país como el expresidente Otto Pérez Molina, el futbolista internacional Marco Pappa y los hermanos panameños Ricardo Alberto y Luis Enrique Martinelli Linares.

La cárcel, ubicada en un sector del complejo marcial en el noroeste de la Ciudad de Guatemala, ha reunido tras las rejas a gabinetes casi completos, políticos, empresarios y narcotraficantes y se ha transformado en un propio «cuartel criminal», según www.relato.gt.

Desde el portón, hasta el sector de personalidades, hay un tramo de unos 500 metros. El camino de tierra y la exuberante vegetación sirven para esconder, de los ojos públicos como viven la realeza criminal de Guatemala y junto a ellos los dos hijos del ex presidente panameño, Ricardo Martinelli.

Los hermanos Ricardo y Luis Enrique Martinelli Linares, hijos del ex presidente panameño Ricardo Martinelli, se aferran con uñas y dientes a su nueva residencia. Todo con el fin de evitar un proceso de extradición a los Estados Unidos, donde se les acusa de haber recibido US$28 millones, producto del pago de coimas por parte de la empresa brasileña ODEBRECHT.

Al interno de “El Zavala”, todo tiene un precio y vive mejor quien más pueda pagar. Para los simples reclusos, entiéndase millonarios con pocas conexiones en las altas esferas, para tener un espacio a orillas de una cancha de futbol bastan unos 45 mil dólares como pago, pero para dos extranjeros, como lo son los hermanos Martinelli, tienen que pagar unos 50 mil dólares mensuales para codearse con la realeza criminal de Guatemala, asegura un personero del Sistema Penitenciario al Relato.

Los Martinelli, gracias a su cercanía y buena relación que han cultivado con el ex secretario privado de la presidencia de Álvaro Colom Gustavo Alejos, les ha redituado múltiples beneficios. Alejos, quién es el mandamás del área exclusiva de El Zavala, y es acusado en cinco casos distintos de corrupción, ha acogido a los hermanos Martinelli bajo su protección. Hoy, los dos hermanos gozan de los beneficios que trae una amistad con el hombre fuerte del penal.

Desde la entrada de “El Zavala” se pueden ver personas que llegan con bolsas del supermercado, motoristas de Uber Eats y hieleras que ingresan al penal. Y es aquí donde los guardias ganan, pues hacerle llegar las encomiendas a los detenidos del VIP tiene un costo.

“Algunos piden comida a restaurantes de carne asada, mariscos o comida italiana y hasta licores, en el caso de los hermanos Martinelli, la dieta es variada, pero en la mayoría de los días esta es de afuera del lugar”, asegura el guardia.

Pero no solo de buena comida se presume en El Zavala, a los antojos de los recluidos se suma la visita de cualquier persona. Las cuales también tienen un precio. Y, por si fuera poco, en el portón de acceso, también se pueden ver mujeres apostadas a la espera de ser ingresadas.

De apariencia exótica y con ropas ajustadas, su maquillaje les delata. A estas visitas se les llama el servicio de nenas, las cuales pagan a los guardias $14 dólares por entrar a trabajar. De acuerdo con los guardias, estas trabajadoras del sexo pueden atender hasta unos 5 servicios al día, con lo que ganan $590 dólares por una jornada de atención.

A los múltiples beneficios de la mal llamada cárcel, donde el servicio de internet, televisión por cable, cafetería, gimnasio y hasta una iglesia, se suman los días de fiesta. Llamado el día de “los cuates”, que se celebra los viernes, la reunión es un despilfarro de licor, sexo y música.

Ese día, las visitas familiares están prohibidas, mientras el licor y la camaradería impera en el área selecta del penal. “Los meros cabezones piden prostitutas a los centros nocturnos más caros del país y los licores no faltan para amenizar la fiesta, específicamente en el área de VIP, donde están los Martinelli”, relata el guardia.

Nombre del Artículo - Foco Panamá

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