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Opinión

Preguntas y Respuestas

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Por: Rubén Blades (wwww.rubenblades.com)

Por ser de importancia nacional, reproducimos íntegro el artículo de opinión publicado por Ruben Blades en sus redes sociales:

Con desalentadora frecuencia en Panamá exigimos respuestas inmediatas y satisfactorias para interrogantes de contenido complejo, o cuya contestación responsable dependerá de sucesos aún ubicados en el futuro. 

En cambio, hay preguntas oportunas que no se hacen. Por ejemplo: ¿algún medio le ha consultado a Ricardo Martinelli, si es él en efecto la persona identificada como «un alto funcionario de gobierno panameño, entre el 2009 y 2014, y «familiar cercano» de los acusados principales? 
Ya sus dos hijos aceptaron su corrupción, admitiendo ser culpables de aceptar sobornos, «lavar» y ocultar dinero, y actuar como intermediarios del ilícito.  Solo falta una pregunta mas por aclarar: «Ricardo Martinelli: ¿Es Usted ese alto funcionario y familiar cercano?¨. Un sí o no es suficiente.

Más compleja de responder resulta la cada vez más frecuente interrogante sobre si participaré en la contienda electoral del 2024. 
Parte importante de mi duda es que no creo que los que me animan a considerarlo comprenden realmente lo que se va a requerir hacer para rescatar al país reemplazando el «status quo» producido por décadas de clientelismo político.

Es necesario crear un nuevo paradigma de administración pública a nivel nacional y hacerlo sin violentar a una corrupción que ha sido legalmente institucionalizada me parece  imposible. 
Nuestro país requiere de algo más que un simple cambio de presidente en el 2024. Nuestra patria requiere de una revolución, eso que con sagacidad denominó «revolcón» el candidato presidencial Salvador Muñoz en 1994. Y es que la palabra «revolcón» provoca sonrisas, mientras que «revolución» provoca la huida de capitales, augura la llegada de paredones comunistas y causa el tipo de condena nacional que toda la corrupción política en la que vivimos no ha logrado producir de manera general y sostenida.

En Panamá consideramos inmoral la educación sexual en las escuelas y atacamos el matrimonio entre personas del mismo sexo, pero no expresamos la misma indignación contra los que nos roban el futuro diariamente. A esos les permitimos que eructen nuestros sueños y los premiamos inscribiéndonos en sus partidos. Por eso me pregunto: ¿Esta la población realmente deseosa de un cambio que favorezca el nacimiento de una administración pública eficiente, responsable y verdaderamente a favor de toda la República? ¿Esta la ciudadanía de Panamá dispuesta a vivir aceptando las consecuencias de la honestidad? ¿Sacrificarían su apoyo al clientelismo político el millón seiscientos mil panameños y panameñas que con sus inscripciones y tolerancia sustentan y sostienen a la partidocracia tradicional? ¿está dispuesto nuestro electorado a creer que existe una mejor oferta político-administrativa que la presentada y aplicada hasta el momento ?

Sobre el 2024
Un diverso y creciente número de ciudadanos han expresado con urgencia la necesidad de encontrar a un candidato(a) que pueda exitosamente alterar el resultado de repetidas encuestas de opinión que ubican a Ricardo Martinelli como líder de la intención de voto hacia el 2024.  A diferencia de muchos en Panamá, mi lectura sugiere que Martinelli no será presidente, aunque corra, presione y gaste una millonada tratando de ser electo. Creo que nada podrá disipar o atenuar el escándalo nacional e internacional que produciría su identificación como el «alto funcionario y pariente cercano» y beneficiario del soborno por el cual sus dos hijos ya se declararon culpables.
Aunque es posible que Martinelli participe en la contienda del 2024 para blindarse con el fuero electoral, él debe saber que bajo las presentes condiciones, «ganar» le será imposible: la idea de un presidente que no se atreve a salir del territorio nacional para evitar ser arrestado por corrupto sería imposible de aceptar para los intereses económicos, políticos y sociales locales que una vez contribuyeron a su ascenso al poder Ejecutivo en el 2014. 

Parte del apoyo electoral de la población a Martinelli se basa en que «robó, pero hizo» y que durante su presidencia «había plata en la calle», pero la situación del 2024 será radicalmente distinta a la actual, una vez terminado el juicio de sus hijos y pronunciada la sentencia en New York. Si ellos lo identifican como el beneficiado por los sobornos de Odebrecht, su inmediata inclusión en la «Lista Clinton» tendrá un efecto económico y político tóxico, que afectaría también a todos sus contactos, conexiones, y relaciones sociales y de negocios, y a Panamá  mundialmente. 

Ya la reputación internacional de nuestro país ha sido seriamente afectada por continuos escándalos financieros («Panamá Papers», «Pandora Papers», «Listas Grises»). Sería suicida para Panamá elegir como su representante a un individuo que de salir del país sería instantáneamente arrestado por corrupto. Bajo la presidencia de alguien públicamente expuesto como lavador de dinero por una corte norteamericana, dificulto que Panamá pueda calificar para préstamos internacionales. Ninguna entidad financiera atendería tal solicitud, menos ahora que el presidente Joseph Biden, a raíz de la promulgación del «Crook Act», declaró que «la corrupción representa un peligro para la seguridad de Estados Unidos».
Aunque se puede argumentar que la coyuntura puede ser utilizada para armar casos falsos, chantajear y perjudicar a los que rehusen aceptar órdenes que beneficien el interés «del imperio», también podemos afirmar que la notificación del presidente Biden creó el mayor precedente internacional de apoyo para denunciar, enjuiciar y condenar actos administrativos corruptos en países como el nuestro. Es curioso que la proclamación no haya recibido gran difusión en Latino América o Panamá, a pesar de que su efecto cambia las reglas del juego. 

Dudo que con Martinelli en el poder en el 2024 «habría más plata en la calle». Más factible resultaría la invocación por el gobierno norteamericano de la ¨Enmienda De Concini¨, para recobrar la administración del Canal de Panamá de manos de un gobierno cuya dirección argumentarían pondría en peligro la integridad de la operación y seguridad del canal. Tal acción militar se concentraría sólo en la ocupación de la franja canalera y contaría con el apoyo de «tirios y troyanos», dentro y fuera de los Estados Unidos; políticamente para el norte, sería un «win-win» y para Panamá un desastre de magnitud inconmensurable.
Por eso, a pesar de los pronósticos y las encuestas a su favor en Panamá, no veo a Ricardo Martinelli ganando la elección presidencial del 2024.

Pero la eliminación del regreso de Ricardo Martinelli al Poder Ejecutivo no resuelve el problema de la corrupción en que vive nuestro país. Así como la expulsión de Noriega del poder no produjo la eficiencia y la decencia administrativa que la «Cruzada Civilista» prometió retornaría a Panamá tan pronto el manejo de la Cosa Pública pasase al control civil, de igual manera el que Martinelli no resulte presidente en nada altera el actual podrido «status quo», ni detiene nuestra administrativamente irresponsable marcha hacia el precipicio. En el 2022 tendremos seguramente una deuda pública de alrededor de los $43 mil millones de dólares, (43 billones de dólares).
Nuestro gasto en planilla pública superará los 4.000 millones anuales y el pago de subsidios será mayor de 3.500 millones, no menos de 7 mil quinientos millones de dólares dirigidos fundamentalmente a mantener al clientelismo político que sostiene a la partidocracia política. La Caja del Seguro Social enfrenta un desastre mayúsculo que de no ser resuelto, (y nada indica que lo será bajo un gobierno de corte tradicional politiquero), dependerá de la intervención estatal para evitar su desplome.

Y  estas son apenas algunas de las partes de un rompecabezas administrativo que todo sugiere empeorará hacia el 2024, no importa cuan optimistas luzcan los pronósticos de crecimiento económico para nuestro país, ni el hecho de que en papel resulte más prometedor nuestro futuro comparado al de otras naciones del hemisferio. Seguimos botando recursos, malgastando dinero, sosteniéndonos con deuda, sobornando al electorado con puestos públicos innecesarios y evitando el tipo de planificación y de inversión que necesitamos a nivel nacional

La solución a nuestra urgente situación requiere de la reforma integral de nuestros tres órganos de administración, empezando por el Judicial. Nada de eso ocurrirá bajo una presidencia PRD, CD o Panameñista.  

Alterar el curso de nuestro presente estado no es tan difícil como algunos consideran. Lo que se requiere para hacerlo es voluntad ejecutiva y apoyo ciudadano. La realidad histórica muestra que en cuanto a la Administración Pública, hace décadas que un puñado de mediocres sinvergüenzas desde partidos políticos han controlado a una mayoría, indolente, o hecha su cómplice (clientelismo). Nuestro silencio, indiferencia y complicidad son los responsables de la hegemonía y existencia de la corrupción político-administrativa.

En el 2024 la misión no es llegar a la presidencia solo para gobernar: es llegar para enfrentar, derrotar y reformar a la estructura que nos controla y define, entendiendo que sin mayoría legislativa tendrá a la Asamblea y al Órgano Judicial en contra y que, por el usual voto fracturado, efectivamente, quién resulte electo(a), no contará con el apoyo de la población que votó en su contra, ni el del grupo que no muestra interés por el futuro político-administrativo del país por no acudir a las urnas, ni reaccionar a los llamados de solidaridad y civismo.

Entonces, ¿cómo podría gobernar en el 2024 un candidato(a) independiente electo bajo tales condiciones? 
Eliminándolas desde el ejecutivo, para brindar al país un sistema administrativo saneado a partir del 2024. Lo ideal para el Presidente(a) electo(a) sería contar con una mayoría en la Asamblea; pero de no ser así tendría que considerar la utilización de todas las alternativas a su alcance, por extremos que parezcan sus argumentos, para poder cumplir con su tarea reformadora.  

A los que recomiendan evitar enfrentamientos y negociar con el «status quo» les recuerdo que ningún cáncer hará un arreglo con los médicos permitiendo su eliminación: la corrupción jamás aceptará voluntariamente renunciar a sus actuales controles y poder.
Para gobernar dentro del marco de una maldad institucionalizada, un presidente(a) electo en el 2024 tendría que aceptar las condiciones impuestas por las cúpulas partidistas, sus aliados y patrocinadores. Eso haría al nuevo mandatario(a) corrupto(a) por accesión, no importa cuan bien intencionada haya sido su intención original, cuán acertados sus argumentos, cuan claros y posibles sus objetivos. Tal acto defraudaría a la población que votó por él o por ella y certificaría el triunfo del «juega vivo» al demostrar que sin aceptar aliarse a la corrupción nada correcto podrá hacerse administrativamente en Panamá. 
Creo que no se debe negociar con la corrupción, punto. Hacerlo sería aceptar y sostener a una enfermedad cívica que ha sido premeditadamente introducida, legalizada e incorporada a nuestros códigos, normas y estructuras administrativas, y también a nuestra cultura ciudadana.
Alterar décadas de corrupción requerirá de acciones enérgicas y del apoyo de un pueblo que acepta la necesidad del cambio y que está dispuesto a confiar en la capacidad e intención noble de su nueva dirección política.

A mi entender, el primordial propósito del 2024 será el de escoger a candidatos(as) que lleguen a la asamblea y a la presidencia para sanear la hoy corrupta y mediocre estructura político-administrativa que gobierna al país y así eliminar sus efectos, tóxicos para el interés nacional.

¿Estará el electorado nacional dispuesto a rechazar en el 2024 la venenosa oferta del clientelismo partidista y elegir a un candidato(a) independiente y a una asamblea formada por independientes, para crear un nuevo paradigma administrativo y con él, al Panamá que puede ser?

 Esa es mi pregunta al país. 

Rubén Blades
16 de Enero, 2022

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[Opinión] ¡¡La Inacción funciona para quién!!

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José Armando Palma

Consultor Ambiental Independiente

La Inacción, se dice que es la falta de acción; lo contrario sería la acción, que es el resultado o la consecuencia de hacer, generar, producir o ejecutar algo. Una vez promulgado en Gaceta Oficial el fallo de la Corte Suprema de Justicia en relación al contrato minero, el Órgano Ejecutivo, y en su defecto el Ministerio de Comercio e Industrias (MICI), tomó la decisión de ordenar la finalización de las operaciones de extracción, así como, todas las actividades mineras en general y por añadidura, suspender toda actividad de la minería metálica en el país. Esta decisión, propició un cese abrupto e intempestivo de las actividades y operaciones que se venían desarrollando en el Proyecto Cobre Panamá de manera ordenada y cumpliendo con los más altos estándares y normas vigentes en apego al estricto derecho.

El MICI le solicitó el día 29 de diciembre de 2023 a Minera Panamá, S.A., lapresentación de un Plan de Preservación y Gestión Segura (PGS), que permitirá garantizar la estabilidad física y química de los componentes delProyecto Cobre Panamá.

A la fecha del 16 de enero de 2024, Minera Panamá, S.A., presento el PlanInicial para la Preservación y Gestión Segura (PGS), el cual fue remitido el 24 de enero de 2024 a la Comisión Intergubernamental, quienes emitieron opinión y sugerencias; y para el 5 de marzo, el Ministerio de Comercio e Industrias (MICI) solicitó ampliaciones al Plan de Preservación y Gestión Segura (PGS), las mismas entregadas el 26 de marzo de 2024.

Para los días 3, 4, 5, 10 y 11 de abril, miembros de esta ComisiónIntergubernamental realizaron inspecciones y fueron atendidos por personaltécnico en el proyecto; y posteriormente, cada institución emitió su respectivoinforme. El MICI posteriormente generó un Informe Compilado InspecciónIntergubernamental a Mina Cobre Panamá.

Este mismo Informe en su página N.º 16, Recomendaciones, dicetextualmente:

• Priorizar la exportación del concentrado de cobre almacenado paraevitar los riesgos ya mencionados y a fin de mantener espacio libre requerido para producir arena para IMR (Instalación de Manejo de Relaves).

En el Plan Ampliado del PGS, en sus Conclusiones, sugiere: Hay acciones bajo el PGS que requieren la atención urgente de la autoridad competente, garantizar de manera sostenible la estabilidad física y química del sitio.

Ya con anterioridad, el Procurador de la Administración Rigoberto González opinó que, de ser comercializado, el dinero del concentrado de cobre que aún se mantiene almacenado debe ser utilizado para el Plan de Preservación y Gestión Segura.

El Expresidente del Colegio Nacional de Abogados, Juan Carlos Araúz, explicó que el concentrado de cobre que se encuentra acumulado en el Proyecto Cobre Panamá fue extraído durante la existencia de una concesión promulgada como Ley y el Código de Recursos Minerales vigente en el Capítulo II y el Artículo 2 dice “Los minerales extraídos mediante concesiones mineras otorgadas de conformidad con este Código pertenecen al concesionario” por lo tanto se le reconoce la propiedad a la empresa. Arauz indica que corresponde al MICI agilizar los trámites para que la empresa pueda disponer del material.

Hay opiniones de grupos ambientalistas que visitaron el Proyecto y expresaron su preocupación por el concentrado de cobre, y dieron opiniones diversas, pero en particular sobre el almacenaje y la salida del concentrado de cobre, Esta demora ha generado preocupación entre los grupos ambientalistas, quienes temen por los riesgos ambientales y de salud para las comunidades cercanas debido a la exposición prolongada del material.  El Comité Panameño de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN), sugiere que la lentitud del gobierno podría deberse a su intención de dejar esta responsabilidad al próximo gobierno, aunque insiste en la necesidad urgente de sacar el material del sitio.

En el Informe del Centro de Incidencia Ambiental (CIAM) se lee y recomiendalo siguiente: “Sin embargo, por el almacenaje que tiene actualmente se está calentando hasta unos 70º centígrados. Además de mostrar evidencia de la generación de sulfuros de hidrogeno y sulfuro de carbono. Estos gases son corrosivos y con la capacidad de generar ácidos. Además de que son fáciles de inhalar, por lo que son un riesgo a las personas próximas. Todo lo cual implica darle un manejo y salida a este material potencialmente tóxico. Sin embargo, es necesario que el mismo sea realizado en todo momento de acuerdo con lo que establecen los criterios legales y en función única del interés del país. Lo cual no indica dilatar los procesos administrativos, por las implicaciones que una demora pueda tener.   

A criterio del Presidente de la Cámara de Comercio y Agricultura de Panamá,Juan Arias, y que tocó el tema del proyecto minero y el limbo en que seencuentra la búsqueda de soluciones y que el hecho de tener 132,000 toneladas se considera un riesgo de gran magnitud y todavía más crítico lapérdida de dinero, que no se tiene, pero reitera que se venda y que el producto de la venta quede en un fideicomiso hasta que se determine a quiénle pertenece, esto en respuesta a la posición del Ministro del MICI, JorgeRivera Staff, el cual se refirió a que esta decisión se la dejaban a la nuevaadministración y que ellos no tenían el tiempo para realizarla antes del 1 de julio de 2024.

Qué fácil es salir por la puerta de atrás. Uno debe ser consecuente con elejercicio del trabajo para el cual se le nombró y asumió para resolversituaciones, y no haber esperado tanto tiempo para ahora justificar que no setiene el tiempo, Sr. ministro Staff. 

Desde diciembre de 2023 se generaron diferentes puentes de comunicación,notas, memorandos, creación de comisiones, visitas, informes y además, elMICI cuenta con personal técnico para abordar este tema y creo que se hubiesen obtenido respuestas prácticas y no comprometedoras, que es talvez el porqué de la inacción.

Después de este pequeño análisis del tiempo transcurrido y las diferentesopiniones y acciones que se hicieron, ¿qué más hizo falta? Solo me quedapensar y especular. ¿Sería falta de voluntad, criterio técnico o pago político?

Los países crecen y se desarrollan en la medida que sus gobernantes agilicen y promuevan la inversión económica, sea del sector público o sector privado. 

Gracias por su tiempo y gestión Señor Ministro Staff. Saludos y buen retornoa sus actividades laborales privadas.

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[Opinión] ¿QUIÉN ENTIENDE A PANAMÁ? – AHORA LLUEVE Y LA QUEJA SON, LAS INUNDACIONES. 

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POR: RODERICK R. GUTIERREZ PÉREZ

Especialista en Gestión y Planificación Ambiental

@medioambienteyprogreso

Esta semana vimos en las noticias cómo nuevamente se vuelven a inundar las calles de Panamá y salen de sus cauces los principales ríos del país, pero no aprendemos, “seguimos haciendo lo mismo esperando resultados diferentes”.

Reconocidos mundialmente por nuestro emblemático Canal, por años, para no decir décadas, Panamá enfrenta desafíos críticos en la gestión de sus recursos hídricos. Aunque el Canal de Panamá es una pieza fundamental para el comercio global, la necesidad de agua en el país va mucho más allá de esta infraestructura. La mala planificación y la falta de infraestructura adecuada nos llevan como país a enfrentar tanto sequías prolongadas como inundaciones devastadoras, todos los años.

El Canal de Panamá, desde su creación, depende crucialmente del agua dulce para su funcionamiento, utilizando diariamente millones de galones por cada tránsito de embarcaciones, y hay días que superan los 30 tránsitos diarios, así que con ese número nos podemos dar una idea de cuánta agua dulce, principalmente del Lago Gatún, necesita y cuánta agua se pierde diariamente al mar. Sin embargo, el acceso al agua no se limita al Canal, el país tiene otros compromisos más que atender como la agricultura, la industria y el consumo humano, todos estos y otros también son vitales para el desarrollo del país. Por eso, la crisis del agua afecta directamente la calidad del ambiente, la calidad de vida de las comunidades y la economía nacional.

El fenómeno de El Niño 2023-2024 ha sido uno de los más intensos registrados en las últimas décadas, y ahora tenemos tocándonos la puerta al fenómeno de La Niña. Contrario a El Niño, ella trae consigo fuertes lluvias y riesgos de inundaciones, pero sin una adecuada planificación e infraestructuras, estas precipitaciones seguirán causando estragos, desde la destrucción de viviendas en Tierras Altas de Chiriquí, hasta la pérdida de cultivos en Tonosí.

Es paradójico decirlo, pero a pesar de ser uno de los países con mayor precipitación en el continente americano, muchas familias panameñas, incluso aquellas que viven cerca de las principales ciudades, sufren de falta de acceso a agua potable. Esta paradoja se debe en gran parte a la mala gestión y distribución de los recursos hídricos, como lo hemos dicho anteriormente, esto se suma a la falta de infraestructura adecuada para la recolección y almacenamiento de agua, lo que agrava considerablemente el problema.

¿Pero hay solución? Sí, la hay. La construcción de grandes reservorios de agua podría ser una solución efectiva para enfrentar las sequías y controlar las inundaciones. No obstante, los gobiernos no han querido escuchar a los especialistas, analizar la ciencia o ver los datos, y se olvidan después de la lluvia o la sequía que el problema va a regresar. Tal vez, y digo tal vez porque esto requiere de un equipo interdisciplinario, con suficientes reservorios que puedan funcionar como fuentes de abastecimiento en tiempos de escasez y control, y la inversión en infraestructuras hídricas podría asegurar la disponibilidad de agua durante todo el año.

Capturar y almacenar agua de lluvia no solo mitigaría el riesgo de inundaciones, sino que también proporcionaría una fuente adicional de agua durante los períodos secos. Por eso, este enfoque sostenible es esencial para mejorar la resiliencia hídrica del país de una vez por todas.

Países como Israel y Chile, por dar un ejemplo, con recursos hídricos mucho, pero mucho más limitados que Panamá, han demostrado que una gestión eficiente y planificación estratégica pueden transformar la escasez en oportunidades. Israel, por ejemplo, ha desarrollado tecnologías avanzadas de desalinización y reciclaje de agua, mientras que Chile ha implementado políticas efectivas de gestión del agua en sus regiones más áridas, y ambos siguen innovando, ya que la población, la industria y el ambiente les seguirán exigiendo.

Pero no hay que ir tan lejos, un buen ejemplo e inspirador de buena gestión del agua se encuentra en el proyecto Cobre Panamá, de la empresa Minera Panamá S.A. En este proyecto, se puede ver in situ y demostrarles a los incrédulos que el 99% del agua utilizada en el proceso del concentrado “es agua de lluvia”, acumulada en un gran reservorio que es la Presa de Relaves, la cual es retenida, reciclada y bombeada después a un gran tanque de almacenamiento, para después ser utilizada nuevamente en el proceso, y así una y otra vez. Esta estrategia demuestra que una buena planificación del agua da buenos resultados y evita extraer agua de cuerpos naturales, protegiendo así los ecosistemas frágiles.

Es imperativo que las autoridades, especialmente el Órgano Ejecutivo y las autoridades locales, velen porque los funcionarios públicos de las instituciones encargadas del agua en Panamá adopten una visión a largo plazo y mejoren la planificación.

La gestión eficiente del agua es esencial para enfrentar los desafíos climáticos y garantizar el bienestar de todos los panameños, y así evitamos que cuando enfrentamos el fenómeno de El Niño, nos quejemos de la falta de agua, y ahora que se acerca el fenómeno de La Niña, sepamos qué hacer con toda el agua de lluvia que caerá y que seguirá inundando nuestras poblaciones.

Esto se puede evitar con una buena planificación, pero sobre todo escuchando a la ciencia.

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[Opinión] GRAN RETO PARA EL NUEVO GOBIERNO: PANAMÁ EN LA ENCRUCIJADA DEL CAMBIO

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Por: RODERICK R. GUTIÉRREZ PÉREZ

ESPECIALISTA EN GESTIÓN Y PLANIFICACIÓN AMBIENTAL

Instagram: @medioambienteyprogreso

Con la victoria del señor José Raúl Mulino, como Presidente Electo de Panamá,para el período 2024-2029, el país se enfrenta a un momento crucial en su historia. Las tres principales agencias calificadoras de riesgo, Standard & Poor’s, Moody’s y Fitch Ratings, han delineado los desafíos que el nuevo gobierno debe abordar de manera urgente, tales como: la legalidad y apertura de la Mina Cobre Panamá, afrontar la deuda externa y afrontar el desafío de la seguridad hídrica para el Canal de Panamá, temas cruciales según las agencias calificadoras, y alafrontarlos adecuadamente le regresarían la credibilidad y confianza a los inversionistas que tienen los ojos puestos en nuestro país.

Abordar el tema de Cobre Panamá, es fundamental y de máxima relevancia para el desarrollo sostenible de nuestro país. Se ha sustentado con múltiples evidencias la inexistencia de contaminación o de incumplimiento de aspectos ambientales, sociales o económicas, a pesar de que ciertos sectores intenten decir lo contrario. El nuevo gobierno se enfrenta al desafío de articular una solución integral, priorizando la responsabilidad ambiental, la sostenibilidad y la equidad, con el propósito de generar beneficios tangibles para la población panameña.

Afrontar la deuda externa es otro gran reto para las nuevas autoridades de Panamá, la cual se encuentra en una situación desafiante, alcanzados niveles preocupantes en las últimas décadas. Esto se puede sumar a lo que establezcan las demandas de arbitraje ya interpuestas en contra de Panamá, por la mala administración y la falta de gobernanza y trasparencia. Es imperativo que el nuevo gobierno implemente medidas eficaces para gestionar esta deuda de manera responsable, reduciendo así la dependencia del país de préstamos externos y promoviendo un crecimiento económico sólido y sostenible.

Por otro lado, pero no menos importante, la seguridad hídrica del Canal de Panamá, proyecto insigne de Panamá, el cual es vital para la economía del país y el comercio internacional. El nuevo gobierno debe priorizar la protección y gestión adecuada de los recursos hídricos que alimentan el Canal de Panamá, asegurando así su funcionamiento continuo y eficiente. Esto implica tomar medidas concretas para prevenir la escasez de agua y garantizar la sostenibilidad ambiental a largo plazo. Los fenómenos cíclicos como el Fenómeno del Niño y elFenómeno de la Niña, seguirán regresando cada cierto periodo, y Panamá, debe planificar desde ya, lo que puede ser el mayor problema del agua. De no hacerloya no será por falta del vital líquido, sino por falta de planificación, porque agua hay, lo que no hay es un plan a largo plazo un proyecto país, que garantice su estabilidad en el tiempo. Somos privilegiados solo tenemos que empezar a planificar bien.

Además de los desafíos mencionados anteriormente, el nuevo gobierno también debe abordar otros problemas urgentes, como el déficit en la Caja del Seguro Social, el Tema de la Basura ya como un problema de grandes magnitudes ambientales y de seguridad pública, la percepción de corrupción que socava la confianza en las instituciones del país y el creciente problema del desempleo, agravado por el cierre abrupto de la mina. Estos desafíos requieren una acción decisiva y coordinada por parte de las autoridades para restaurar la confianza del pueblo panameño en sus líderes y en el sistema en su conjunto y esto solo se puede hacer con los mejores hombres y mujeres que estén dispuestos a trabajar por Panamá.

A pesar de los desafíos que enfrenta, Panamá, este país sigue teniendo un futuro prometedor por delante. Es crucial que el nuevo gobierno trabaje en colaboración con el pueblo panameño para superar estos desafíos y construir un país más próspero, equitativo y sostenible para todos. 

Es hora de dejar atrás los mitos y las divisiones, y avanzar juntos hacia un futuro mejor, Panamá ya no está para más improvisaciones.

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